jueves, 14 de febrero de 2013

Váyase tranquilo con la palabra "atentado".


Qué interesante recordar en los debates en el senado sobre el atentado a la Amia lo que le pasó a Kicillof. ¿Hoy hizo falta hacer violencia para criticar con firmeza? NO. Punto.
Váyase tranquilo con la palabra "atentado".


Que los intelectuales enojados aprendan de los políticos (inclusive de la oposición) porque los políticos, por lo menos cuando hablan en el Parlamento, si se insultan, luego se disculpan y canalizan en el debate y en la acción toda la fuerza del cuestionamiento por tratar de representar la voluntad de cada vez más ciudadanos. 


En cambio, los intelectuales enojados en vez de buscar mayor inteligencia y agudeza y REPRESENTACIÓN, lo único que hacen es justificar (jurídicamente) la violencia, el insulto, sin buscarle un interlocutor, un canal de representación, etc. 

El debate de hoy fue fuerte, cerrado, abierto, crítico, violento (a veces como por ejemplo con la palabra "atentado"), pero cada una de esas cualidades se volvían a encauzar en la búsqueda de representar el interés común (que es memoria, verdad y justicia). Lo más importante es que los mismos que ejercían ese lenguaje fuerte eran los que luego lo encauzaban. Es decir, cada uno se hacia cargo de lo que decía en el marco donde lo decía y a quién se lo decía y luego se lo canalizaba con argumentos en el objeto de debate. 

Ni los maleducados del barco y no los super-educados de los intelectuales enojados se animarían a seguir el ejemplo de los políticos (inclusive de la oposición).

martes, 5 de febrero de 2013

Ella



¿Por qué entre todas la estrategias y recursos que tienen para formar un mensaje (grupos económicos que los apoyan, medios monopólicos que los difunden, pero también una trayectoria e inclusive popularidad) comunicadores sociales, periodistas, políticos, cierta intelectualidad elige en cambio para criticar al gobierno nacional la interpelación directa, personal? 

¡Agarrame que la investidura se la agarro, la investidura...!

Todo pasa por la acción

Solamente una oración, de Sarlo:
"Justamente el sueño filosófico de Cristina: ella como nombre que sintetiza a todos y todas" (El resaltado es mío).
¿El "análisis político" es el irónico instigador de la interpelación que, de pronto, "ella" estila? Nuestra tesis es que tanto Sarlo como otros comunicadores sociales y políticos sostienen que estas "partículas" en sus discursos (las que muchas veces se transforman en insultos pero por "la situación de intolerancia") son espontáneas o, en todo caso, hablan con la gente común. Quieren decir que, en fin, es una tipa de las comunes, esta señora presidenta, como cualquiera, pero no una estadista o gran líder como creen sus fanáticos.  Pero ¿cómo? ¿no es ése el mismo discurso vacío que manejan políticos como Macri: somos personas comunes? ¿la idea es que una cosa es que personas comunes lleguen al reconocimiento institucional político y otra es que reconocidos políticos se vengan a personas comunes? Obviamente no es lo mismo y no es lo mismo porque en uno de los casos se trata de "personas comunes" a condición de quitarles el reconocimiento social. No son próceres de quienes puede contarse la vida privada para humanizarlos, sino políticos cuya vida privada es escándalo y su cara humana una impostura. 

Por lo tanto, se interpela la persona de la presidenta no con la intensión persuasiva del lenguaje, por el mensaje, sino porque la interpelación personal es de por sí prueba de reciprocidad en la comunicación. No importa nada, tengo todos los recursos para elaborar la crítica más despiadada, pero en la medida que te interpelo directamente o te insulto ya estoy en el ámbito de lo espontáneo y de la acción media de la sociedad "intolerante". 

El reconocimiento


Parece ser que el razonamiento es el siguiente: no importa el porqué, ya que si te insulto, eso  significa ya que estamos en el mismo nivel, por lo tanto no importa el reconocimiento social: si me están a punto de afanar y yo le grito "¡soy un laburante...!" y, sin embargo, el asaltante me responde: "¡no sos mejor que yo! ¡dame todo lo que tenés o te quemo!", ya no sirve apelar a ningún reconocimiento para siquiera salvarme de la humillación (también) de ser insultado y rebajado y... hasta la vida. 

RECHAZAN EL DERECHO A LA VIDA AL RECONOCIMIENTO.

Y grábenselo en la casio:

Calculan que para pasar a la acción (política, social, etc.) hay que dejar sin códigos al discurso más artificialmente cifrado.

sábado, 2 de febrero de 2013

Repudio

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31.01.2013 | Vicente López
Desde el Frente Nuevo Encuentro de Vicente López nos solidarizamos con la compañera de la Federación Juvenil Comunista de Vicente López secuestrada y agredida en San Martín el pasado 26 de enero a las 22 hs.

Como espacio popular y democrático y en defensa inquebrantable de los derechos humanos exigimos la pronta investigación y sanción penal de los responsables de tan terrible hecho.

Desde nuestro frente repudiamos y aborrecemos estas prácticas oscurantistas y fascistas que pretenden sembrar el miedo y el odio en nuestra juventud y en la población.

Nos solidarizamos con los compañer@s del Partido Comunista y exigimos de las autoridades del Municipio de San Martín y de Vicente López y por último de la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires la investigación penal del hecho y su rápido esclarecimiento.

lunes, 28 de enero de 2013

Crítica a la "Carta abierta a la presidente Cristina Fernández de Kirchner: Represión y muerte de ciudadanos argentinos miembros del Pueblo Qom"


Hay que prestar atención qué poco sostienen discursos como los de esta "carta" pública, muchos de los que así adhieren a ella.  

"Intervenir en la estructura sociopolítica y socioeconómica en la que se insertan las comunidades." 

Sería bueno analizar la pragmática del discurso a partir de esta proposición, que refleja la intención comunicativa del texto, el alcance que pretende por sí mismo, como si dijera: "Nuestro texto (discurso) ya interviene en la estructura sociopolítica y socioeconómica en la que se insertan las comunidades: Ud. no lo hace." 

Lo mismo ocurre con "Intervenir en el contexto social(...)." "Nuestro discurso ya interviene, habla en ese contexto, etc." 

Es interesante también esa unidad: "sociopolítica y socio...", o, diríase: "socio-política-socio y económica". Parece que el círculo se cierra con centro en la política pero lo económico lo vuelve a abrir.  

Quiero decir, en fin, que critico que tal discurso esté ya de por sí inserto en la problemática denunciada, que podría (tendría que) sincerar sus límites (que es también otra forma de reflejar las propias acciones llevadas a cabo por muchos de los firmantes, que se tratan de personas con grandeza y de enorme prestigio, acciones llevadas a cabo para acompañar las luchas de los Qom, pero que aspiran a ser sostenidas por el Estado, por el Gobierno Nacional, o sea, sinceran una "relación" -en la reflexión (práctica) con el Gobierno). Pero parece que esto es imposible, sincerar quiénes somos en relación al Gobierno Nacional en nuestras acciones por transformar a nuestra sociedad, y parece que lo único que nos queda es expulsar de nuestros discursos al Gobierno, ponerlo como lo contrario (o ajeno) a nuestras expectativas y repetir los discursos de la Oposición actual. 

Yo adhiero a la carta porque creo que este Gobierno es que el que puede ser llamado a determinar esta demanda en sus políticas de Estado. 

miércoles, 16 de enero de 2013

Declaración de comedia


Pensar diferente, opinar distinto. Son todos pases de mano.

Por convención el sentido crítico se hizo sujeto.
El hipotético discursivo de una teoría del Estado.

Si cualquiera tiene derecho a quince minutos de fama, ¿por qué no iba
esa fama a tener las garantías constitucionales de un discurso y ese 
discurso una fama cualquiera en su minuto de derecho?

O, simplemente:
“Señora.”
Un encabezamiento. Saludo. Pero sin la abreviatura, para no bajarse
el sombrero del todo y con el determinante:
“La señora.”
Y luego el discurso; pero en tono paródico. –Y dicen que ya en algunas
bodas de plata, suena la copa de cristal, y la anfitriona da su discurso…sin leerlo, 
inclusive.


Está el escenario y también el espectáculo.

POETA. –¿Nadie se saca la ropa? ¿Qué pasa?
DIRECTOR. –… porque están vestidos de ella
(Aparece un periodista disfrazado de la presidenta.
PERIODISTA. –¡Argentinos, argentinas…!)
POETA. –¿Hay que hacerlo? ¿Nadie se desnuda? ¿Nadie… se sacrifica?
DIRECTOR. –¿Para qué?
POETA. –¿Y “Lanata presidente”?
DIRECTOR. –¿Ella se vestiría de Lanata? (Pensativo) ¿Montará a veces 
                un show entre sus íntimos y dirá “boluda…”?
POETA. –Tendría que hacerlo por televisión…
DIRECTOR. –A mí me basta con tener a su público, su
POETA. –¿y el nuestro?
DIRECTOR. –¿Seguís con lo de Lanata presidente?
POETA. –Entonces, ¿qué hacemos nosotros?
DIRECTOR. –Nosotros somos objetivos.
POETA. -¿Pero quién hace la comedia?
DIRECTOR. –La que está desnuda.
POETA. –Escucho… aplausos…
DIRECTOR. –¿Empezamos?
POETA. –Independientemente de ella
POETA Y DIRECTOR a coro. –¡No, de vos!

Y la oposición reclama su papel en la comedia, hasta se desnuda fuera
del escenario. Pero no consiguen imitadores ni en Tinelli y ya no se venden
sus caretas en los cotillones. –Es que se salen de cuadro, se quedan 
siempre con el epodo y se pierde la magia. Su papel en el sacrificio aparece 
demasiado del lado de los dioses.

Pero escuchan las plegarias. Nunca escucharon tanto. Y todos tienen su reloj
de muñeca por eso de garantizarle un minuto de fama a cualquier discurso. 
Siguiendo la teoría de la comunicación, esta crisis de representación, aunque
equivoque su sentido, produce siempre sentido. La oposición lo sabe bien. 

Por ejemplo: 

            Un político cualquiera (o un "prestigioso director") dice que la carta de la 
presidenta a Darín es un atentado contra las libertades individuales. Darín, 
en cambio, responde que preferiría continuar en privado el intercambio  con la
presidenta. Y al punto (es una conjetura) aparece un particular con su abogado
y radica una denuncia porque como ciudadano se siente amedrentado ante esa 
misiva. ¡Y se siente amedrentado porque el fulano también tiene derecho a sus 
quince minutos y a expresar:

“Sra. Presidenta.”
O, simplemente:
“Señora.”
Un encabezamiento. Saludo. Pero sin la abreviatura, para no bajarse el sombrero 
del todo y con el determinante:
“La señora.”
Y luego el discurso; pero en tono paródico!